¿Quiénes somos?
Somos un grupo de Cristianos Evangélicos que, conscientes del mensaje de Cristo, nos reunimos para proclamar el Evangelio y para adorar a Dios.
¿Qué pretendemos?
Buscamos, ante todo, el servir a Dios y a la comunidad de Colmenar, compartiendo nuestra inquietud de vivir diariamente un cristianismo comprometido y responsable, frente a un mundo que no ofrece esperanza alguna ante los grandes y graves problemas con que se enfrenta.
¿Qué creemos?
Cristo es la clave, el centro de nuestro mensaje y fe, así como su obra perfecta acabada en la cruz.
Así también Cristo fue ofrecido una sola ve para llevar los pecados de muchos (Hebreos 9:28).
Reconocimiento, por parte del hombre de su condición de pecador delante de Dios, y de la separación eterna que ello supone.
Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).
Insuficiencia del ser humano para alcanzar la salvación por medio de sus propias obras (sean lo buenas que sean, aun cuando Dios se alegra siempre de las buenas obras), puesto que la obra de Cristo en la cruz es la única válida que puede darnos la vida eterna.
No por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:9).
Solamente la fe en Cristo Jesús como Señor y Salvador personal puede librarnos de la separación eterna de Dios y darnos la salvación.
Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Efesios 2:8).
Tenemos la certeza de la vida eterna, si creemos en Cristo, de modo que nada ni nadie puede apartarnos de las manos de Dios, ni quitarnos esta vida, la cual Cristo mismo prometió a cuantos creen en Él.
De cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).
Obedecer a Cristo en todo, siguiéndole cada día y buscando su Palabra, que es la Biblia, leyéndola, meditándola, y practicándola, para que seamos un fiel reflejo de su persona, en este mundo tan necesitado de Dios.
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores… (Santiago 1:22).